La volatilidad y la alta complejidad de los entornos organizacionales presentan desafíos exigentes para la gestión actualmente, muchas cosas han cambiado y el liderazgo es una de ellas, por ejemplo, la forma en que se conduce a las personas en su trabajo puede conducir a diferentes resultados, lo que probablemente sea una de las razones por las que el liderazgo se ha estudiado tan ampliamente.
¿Consideras que los liderazgos tóxicos afectan directamente al negocio?
En mi experiencia considero que uno de los peligros más agresivos para el liderazgo efectivo, es sin duda, cuando tenemos un falso líder o liderazgo destructivo, bajo la máscara de atención y cordialidad, consideremos, por ejemplo, una persona que llega te saluda, pero cuando se dirige al equipo es autocrático y jerárquico, cuando menos, ya que la idea es imponerse sobre sus colaboradores.
¿Crees que esto no pasa?
Según estudios de Nielsen y Einarsen, se considera liderazgo destructivo todo aquel conjunto de comportamientos sistemáticos llevados a cabo por un líder, supervisor o directivo que violan el legítimo interés de una organización socavando o saboteando sus objetivos, tareas, recursos y eficacia y reduciendo la motivación, bienestar y satisfacción de sus empleados.
Considero que no necesariamente existe intencionalidad, sino que puede deberse a una falta de capacidad para gestionar adecuadamente a la empresa, a los ejecutivos, puestos intermedios y claro al colaborador de menor jerarquía.
¿En tu experiencia es bueno que existan este tipo de líder bajo tu mando?
Reflexionando, mientras que algunos tipos de liderazgo se definen positivamente, otros subrayan las consecuencias negativas, pensemos en dos de esos tipos opuestos de liderazgo por ejemplo: los liderazgos potenciadores y los tóxicos, bueno el primero se define por sus efectos positivos sobre los subordinados, empoderándolos, el segundo se define por sus efectos adversos que socavan el desarrollo y la expresión personal de los subordinados, por lo tanto, tanto la comprensión de qué comportamientos hacen que el liderazgo sea más empoderado; como qué comportamientos hacen que un líder sea tóxico son igualmente esenciales para difundir las buenas prácticas o prevenir las malas, para ello debemos estar alerta, generalmente un líder tóxico quiere quedar bien únicamente con el nivel superior y maltrata a su equipo para quedar bien.
¿Cómo afecta el liderazgo a nuestra salud laboral? ¿Y a nuestro rendimiento?
Si lo que deseamos es tener un liderazgo sostenible y que además sea resiliente, debemos de observar estos 4 tipos o corrientes de liderazgo que eliminan esta posibilidad en muchas empresas:
Bueno antes que nada desafortunadamente se combinan unos con otros en mayor o menor grado, y pueden ser compatibles con rasgos de liderazgo que no necesariamente tienen que ser negativos.
Por ejemplo, un supervisor o director de una empresa puede tener formas de hacer las cosas que perjudiquen a su organización, pero también otras que neutralicen ese daño y de esta forma sobreviva el negocio.
Tipos de liderazgos nocivos en cualquier ambiente
Liderazgo tiránico:
Esta clase de liderazgo se basa en situar por encima de todas las metas y finalidad de la organización a costa de sus empleados, en lugar de a través de ellos, la cruda realidad es que se puede esperar una forma de dirigir a los empleados que sí se asemejaría bastante a la forma de dirigir de una persona con rasgos psicopáticos, enmascarando el bien de la empresa y no tendrá problema alguno en humillar, menospreciar y manipular a sus empleados para conseguir llevar a cabo su objetivo.
Liderazgo descarrilado:
Esta clase de liderazgo destructivo es todavía peor, si se cumple la primera y se combina con esta, entonces a ese desprecio generalizado sobre sus empleados, este se reproduce en conductas de acoso y humillación a los mismos, se da en paralelo un desprecio sobre la propia organización, incumpliendo las labores propias de su responsabilidad y que se reflejan en prácticas como el absentismo laboral, el fraude o la sustracción de recursos de la empresa.
Liderazgo desleal:
Es una cualidad que se deriva de un liderazgo bueno, por ejemplo cuando revisamos algunos aspectos del liderazgo ético incidimos en el detalle de que un directivo ético que tuviera una preocupación especial por sus empleados, no necesariamente iba a ejercer de buen líder, por lo que de esta forma el líder desleal prioriza por encima de todas las cosas el conseguir el apoyo de sus empleados, incluso aunque eso provoque un perjuicio leve sobre la empresa y muy fuerte para sus colaboradores, se trata de un tipo de liderazgo que no esconde malas intenciones, pero que puede resultar dañino para la organización en el caso de que no sepa ver los límites de ese clima de intimidación que pretende generar, pues puede llegar a provocar lo contrario de lo que busca, “conservar a sus empleados”.
Liderazgo laissez-faire:
Pues bien, este tipo de liderazgo, tiene un nombre más técnico, parecido a las enfermedades mentales, sin retorno, bueno este tipo de liderazgo tiene la particularidad de que probablemente sea el que le resulte más familiar a la mayoría de la gente, sin duda se trata, como el mismo nombre indica, de un líder que por su posición debería tomar decisiones, pero que en la práctica opta o bien por delegar esa toma de decisiones sobre otras personas o mucho peor, no dejar claro de ningún modo a quien corresponde la toma de decisiones.
Esto último no puede generar otra cosa que el caos dentro de una organización, ante la exigencia del supervisor o directivo, el empleado se siente frustrado por no saber exactamente a quién acudir cuando se debe resolver alguna situación, en algunos casos puede generar un clima de calma relativa, pero en realidad lo que esconde es la ceguera ante los problemas que esa persona debe resolver, ya que no permite que nadie más tome alguna decisión que él no aprobara y que tarde o temprano terminan por formar una bola tan grande que explota en forma de conflicto, no necesariamente existe mala intención por parte del líder, sino que se debe más bien a una cuestión de falta de recursos para ocupar el cargo.
Sé que este tipo de liderazgo en las empresas maduras e inteligentes, ya lo han erradicado, en retrospectiva, no se trata de emporios o negocios con muy altos ingresos y estructuras, se trata del objetivo del negocio por ser competitivo y con resultados, sin embargo, el estudio nos indica que aún se encuentran estos tipos de líderes muy arraigados en algunas empresas.
Por su parte, me parece que un líder tóxico es alguien que exhibe constantemente un comportamiento disfuncional y rasgos tóxicos como la falta de integridad y honestidad, el egoísmo y la arrogancia que se enfoca en su ambición y en mantener el poder sin preocuparse por el bienestar de los demás.
¿Cómo afecta al negocio?
El comportamiento tóxico de un líder está relacionado con la angustia psicológica de los empleados, con efectos adversos que pueden variar desde la pérdida de la autoestima, el retraimiento, la agitación, la evasión, la preocupación y la retención de comentarios y contribuciones, definitivamente baja el rendimiento, ya no hay ideas, por qué no hay motivación, se termina haciendo como el líder tóxico dice, por qué no hay otra forma, están atentos a que ven, que dicen los integrantes de su equipo, que por cierto también cree que ellos son de su propiedad, se tienen que buscar otros medios para poder expresar lo que pasa y que se entienda correctamente.
Generalmente, hay varios empleados a disgusto de un área donde hay de estos líderes, no obstante, al nivel superior se le dice que son revoltosos, o que están siendo manejados, sin embargo, el impacto no se ve por qué es muy bien escondido.
Los que tenemos el gran privilegio de ser líderes, podemos observar a nuestros colegas y cuestionar también, oye ¿Qué está pasando?, los problemas se originan en un solo lugar y se vuelve evidente.
¿Cuáles son los rasgos de un líder tóxico?
Los líderes tóxicos muestran constantemente rasgos que derriban a su equipo e impiden los objetivos comerciales. Hay muchas formas en que los comportamientos de liderazgo tóxicos pueden manifestarse, pero generalmente se pueden resumir en tres factores principales:
Son arrogantes.
Los líderes tóxicos no escuchan los comentarios de sus subordinados directos y asumen que su percepción es siempre la más correcta. No les gusta que los corrijan incluso cuando se puede demostrar que están equivocados y culpan a los demás por sus errores. A menudo, son fanáticos del control narcisista porque piensan que su camino es siempre el mejor.
Carecen de empatía.
Los líderes tóxicos ven a sus compañeros de trabajo como competidores en lugar de compañeros de equipo y tratan de avanzar en sus carreras por cualquier medio necesario. Tomarán el crédito por las ideas de su equipo y harán cualquier cosa para pintarse a sí mismos de la mejor manera. También chismean, avergüenzan públicamente a los miembros de su equipo y los critican duramente.
Son malos en su trabajo.
Como era de esperar, estos rasgos de liderazgo tóxicos hacen que sea un desafío hacer el trabajo de un líder de manera efectiva. Los gerentes tóxicos casi siempre son incompetentes además de todo lo demás. Esto puede conducir a micro gestión, desorganización, mala comunicación y una actitud negativa.
A menudo, estos rasgos de liderazgo tóxicos pueden ser difíciles de identificar de inmediato porque el líder ha encontrado una manera de encubrirlos con carisma o apariencia de capacidad.
¿Cómo lidias con un líder tóxico?
Yo les recomiendo que, como líder, si notas que han contratado a un gerente nocivo, debes abordar el problema antes de que se vayan tus mejores empleados, desafortunadamente, no siempre tienes esa opción si trabajas con un gerente tóxico, entonces, aquí hay algunos consejos para lidiar con el liderazgo tóxico en el lugar de trabajo.
No te conviertas en parte del problema.
Hagas lo que hagas, por favor no te rebajes a su nivel, no participes en chismes ni trates de jugar sus juegos, solo contribuirás al ambiente tóxico.
Replantea tu mentalidad.
Aun cuando es posible que no te guste esta persona, trata de darle el beneficio de la duda, trata cada interacción como una pizarra limpia y trata de no leer demasiado en nada de lo que digan, en cambio, asuma lo mejor y permanezca positivo incluso frente a la negatividad.
Mantenga siempre registros.
Ya sea que su gerente tóxico sea malicioso o desorganizado, es crucial tener todo por escrito cuando sea posible, documente sus comunicaciones para que tenga evidencia de su lado si alguna vez hay una pregunta sobre por qué tomó una decisión en particular.
Desconecta emocionalmente.
Es comprensible que muchas personas sientan una conexión profunda con su trabajo, pero al final del día, su trabajo no es lo que vale, no tome nada de lo que diga su gerente como algo personal; no espere ser reconocido por hacer un buen trabajo, nunca llegara, en cambio, mantenga un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida y confíe en otras fuentes de satisfacción.
Mejora tu currículum.
Incluso si no tiene la intención de dejar su trabajo, saber que puede hacerlo si las cosas se ponen difíciles le dará una sensación de seguridad.
“El liderazgo tóxico no tiene por qué alejarte de un trabajo que amas”
Si ajusta sus expectativas y maneja tus reacciones, es posible que sobreviva a una administración incompetente, sin embargo, ayudaría si no tuvieras que sufrir e irte puede ser la mejor opción para tu cordura y tu carrera si la situación se vuelve insostenible.
Para todo hay límites, este es uno de los peores ejemplos de liderazgo, no obstante, está el fondo junto con el liderazgo autoritario, ya en algunos lugares se practica la comunicación horizontal, en algunos lugares el estrés fue ya incluido como enfermedad de trabajo y las leyes se han robustecido un poco en este sentido.
Recuerda cuando uno se despierta para ir a trabajar con todas las ganas del mundo y deseos de triunfar que ni siquiera el liderazgo tóxico te lo quite, vamos con voluntad y mucha fuerza, e invito de forma muy especial a las mujeres a empoderarse, ya que desafortunadamente algunos pseudo-líderes creen que son un blanco fácil, así que hay que ser mejor que ellos, si tú eres un compañero o un líder y te das cuenta de esto, hay que reportarlo y proteger y ayudar a la mujer y a todos, la finalidad es tener un buen lugar para trabajar y ¡piensen!, sigue siendo nuestra segunda casa.
The Oxford Handbook of Leadership – References Aasland, M. S., Skogstad, A., Nielsen, M. B., 86 Einarsen, S. (2010).
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Su amigo,
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